Aunque no os guste Doraemon, debéis reconocer que saca de su bolsillo inventos que nos vendrían muy bien en algunas situaciones. O todos los días.
La puerta mágica
Salir a dar un paseo dejaría de ser rutinario. ¿A dónde te apetece ir esta tarde? ¿A perderte por Venecia?: sacas la puerta mágica y te plantas allí. ¿De compras a la 5ª Av.? O tal vez a ver una aurora boreal al Polo Norte.
Por no hablar de tirarte de la cama y llegar al trabajo.
Puerta vieja
Uvas: tempranillo y graciano
D.O. Rioja
Bodegas riojanas
13,5%
La máquina del tiempo
Este tiene su punto peligroso, porque todos tenemos algún momento al que volveríamos para hacer algo diferente: tomar otra decisión, no decir algo (o sí decirlo), recuperar un objeto perdido… pero quién sabe qué nos encontraríamos al volver al presente. Podría ser un shock tener de repente una vida totalmente distinta. Amigos diferentes, otra casa, otro trabajo… Y tal vez perdimos el objeto porque nuestro yo del futuro fue al pasado a robárnoslo.
Eso sí, para ir en plan de mero espectador puede ser interesantísimo. Algunas irían gustosas al Bath o al Southampton de finales del siglo XVIII. Otros se recrearían con la batalla de las Termópilas. Yo iría a ver el siglo que viene. Y tal vez intentaría mirar por una rendija lo que pasó durante la primera luna llena de la primavera del 33 d. C. (igual habría que afinar bien con el año, porque probablemente no sea ese el exacto). Pero para eso es mejor la televisión del tiempo, que también la puede sacar Doraemon del bolsillo.
El pañuelo del tiempo
Con este invento ahorraríamos un montón. Por un lado envejece y por el otro rejuvenece: si se estropea la lavadora, la cubrís por el lado que rejuvenece y os la vuelve nueva. Si queréis que alguien cambie por fin su móvil, lo cubrís por el lado que envejece y se lo dejáis inservible. ¿Y quitarse años a uno mismo? Con mucho cuidado, porque hay edades que han quedado atrás por algo.
Spray bumerán
Tu sobrino, el despistado, te dice que le prestes «Harry Potter y la orden del fénix». Antes de prestárselo lo rocías con este spray. ¿Para qué? Pues para cuando llegue el momento en que tengas que decirle que te lo devuelva y no recuerde ni que se lo has dejado… en vez de enfadarte dices: «vuelve» y el libro volverá a tus manos.
Enriquecedor de comida
Vuelve deliciosa cualquier comida. Incluso una coliflor al vapor. Sin tener que echar mano a la sal. ¡Hacer dieta sería mucho más fácil!
El animarín
Un sorbito de animarín pone contento a cualquiera que esté de bajón y le hace ver el lado positivo de las cosas. Es 0,0. Nada de alcohol.
No os creáis que me olvido del Gorrocóptero, pero pienso que no a todo el mundo le iba a gustar elevarse del suelo sin ningún tipo de sujeción de seguridad. Yo me lo pasaría pipa. Solo que me pasaría las tardes mandando fotos por whatsapp e ibais a terminar hart@s de mi.
Por otro lado, recuerdo un par de inventos que tenían su aquel. Habrá quien piense que soñé ese par de capítulos, que no puede ser que existan… ¡pero sí existen, sí!:
El tapón para sentirse borracho sin estarlo: un aparato que se ponía en la boca de las botellas de cualquier refresco sin alcohol. Tras servirse y beber, todos los personajes de la serie se cogían una buena moña que les duraba un rato.
El botón dictador: Un botón que daba el poder de hacer desaparecer completamente a personas. Y a los recuerdos que había de ellas. Al final era sólo un simulador. Nobita se vino arriba e hizo desaparecer a toda la humanidad. Incluida Shizuka.
Por si os pica la curiosidad, en 2010 hicieron una exposición en Japón sobre aparatos de Doraemon que se habían hecho realidad. Aquí tenéis la noticia contada (e ilustrada) por un grupo de españoles que fue a visitarla: http://www.kirainet.com/inventos-de-doraemon-que-se-han-hecho-realidad/