Creo que llevo escribiendo toda mi vida. O esa es la impresión que tengo.
Me regalaron un diario por mi comunión. O antes, quizá. No pasé de la quinta página. ¡No tenía nada que contar sobre mi!
¿Entonces que llevas escribiendo toda tu vida? ¡Fua! ¡Ni os cuento! Jajajajaja.
Y es que escribir es fácil cuando se tiene algo que contar.
Ahora es cuando se levantan voces: «¡será fácil para ti!». Y yo me pregunto: «¿será verdad?». Y tras meditar un rato me doy cuenta de que sólo es fácil cuando lo que escribo sale de mi, son temas que me interesan y además me apetece contarlos.
Y es que escribir es fácil cuando se tiene algo que contar y se tienen ganas.
A veces es sentarme frente al papel o la pantalla en blanco y sale solo, como si ya estuviera escrito en alguna parte. Pero casi siempre la idea lleva dando vueltas por mi cabeza horas, días… e incluso meses. Con periodos de hibernación y todo. Y no sólo es escribirlo. Es leerlo, re-leerlo, modificarlo, cambiar palabras, mover párrafos, corregirlo, tener dudas, recurrir al diccionario, a fuentes del saber, a la almohada (que me susurra cosas cuando cree que estoy inconsciente), volver a corregirlo, guardarlo en un cajón y olvidarlo un tiempo, dejarlo al sol y esperar que brote. O se seque. ¿Lo riego? ¿con agua? ¿no será mejor un buen vino?
Mogar Roble
Vino tinto.
Uva tempranillo. D.O. Ribera de Duero
Bodegas Pagos de Mogar (Valbuena del Duero, Valladolid)
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Y es que escribir es fácil cuando se tiene algo que contar y se tienen ganas y tiempo.
Estar concentrado es básico. Con mil ideas en la cabeza y/o preocupaciones acuciantes… es imposible centrarse y poner orden. A veces el problema no está en uno mismo sino en las circunstancias que te rodean. El ruido molesto y las interrupciones constantes no ayudan. Cuando se están realizando tareas que se pueden pausar y reanudar sin problema… no pasa nada. 
Pero escribir no es una de esas tareas. Se puede perder fácilmente el hilo y la coherencia.
Perder el hilo después de haberlo retomado varias veces… solo provoca hinchazón de pelotas. U ovarios.
Y es que escribir es fácil cuando se tiene algo que contar y se tienen ganas, tiempo y paz.
La práctica hace mucho también. Y yo no he dejado de practicar desde que me dio por navegar y hacer submarinismo en Internet.
Hace unos días me envió lasobri este post del Blog de Verne de El País: Las comas salvan vidas.
Me percaté de la importancia de la puntuación a los pocos días de zarpar. Está claro que leer aporta los cimientos más sólidos en esa cuestión. Pero hasta que no lees cosas mal redactadas no tomas conciencia de lo importante que es saber expresarse por escrito. Y es que llevo siendo testigo de malos entendidos por culpa de correos electrónicos (y post en foros, frases en messenger, comentarios en Facebook, etc., etc., etc.) que no expresaban lo que realmente querían transmitir… a ver que piense… aproximadamente… desde 1996. Aunque el submarinismo y la navegación en web adentro fue a partir de 2001. Y sé que los malentendidos no acabarán nunca.
De hecho se van a multiplicar.
No, ¡qué va! ¡multiplicar no!: el crecimiento va a ser exponencial. Porque cada vez se tiene menos interés en escribir bien y menos paciencia para tratar de descifrar el verdadero mensaje que se esconde tras un párrafo mal escrito.
Esto enlazaría con el apasionante tema de los distintos comportamientos humanos en la red, pero eso es materia de otro post.
En fin… que escribir es fácil cuando se tiene algo que contar y se tienen ganas, tiempo, paz y experiencia.
La misma piedra 